Los conflictos entre los humanos y la vida silvestre podrían generar problemas para la conservación de la biodiversidad, por lo que el manejo de conflictos es clave para evitar la pérdida de biodiversidad. La aceptabilidad social de las acciones de gestión para mitigar estos conflictos puede influir en el éxito del manejo de carnívoros nativos. En ese contexto, se llevó a cabo el estudio de Marion Díaz, junto a los profesores Francisco Zorondo-Rodríguez y Javier Simonetti, donde evaluaron en Magallanes los niveles de aceptabilidad social y consenso para el miedo, la reubicación y el control letal en diferentes escenarios de conflictos con pumas y zorros (especies nativas) y perros salvajes.
Los resultados sugieren que asustar o reubicar a los carnívoros nativos era más aceptable socialmente que no llevar a cabo ninguna acción. Por otro lado, en comparación con los no-ganaderos, los ganaderos tenían más probabilidades de aceptar el control letal para perros salvajes. Finalmente, los ganaderos aceptaron más el control letal para los perros salvajes que el control letal para los carnívoros nativos. Descubrimos que el grupo social (ganaderos o no ganaderos), el tipo de escenario de encuentro y el tipo de carnívoro influyen en la aceptabilidad social de las diferentes acciones de gestión.
Los resultados del estudio fueron publicados en el artículo «Aceptación social a acciones de manejo para enfrentar diferentes escenarios de conflicto entre humanos y vida silvestre en Patagonia» en la revista internacional Human dimension of wildlife, y puede solicitarse pinchando aquí.
La investigación se llevó a cabo en el marco del proyecto “Ganadería sustentable: hacia la resolución del conflicto carnívoros-ganado”, que realiza el Laboratorio de Conservación Biológica de la Universidad de Chile junto a Asociación Kauyeken, con la colaboración de instituciones públicas y privadas. El proyecto contempla evaluar las percepciones y actitudes de los ganaderos y tomadores de decisión hacia el conflicto, así como evaluar empíricamente las condiciones ambientales que reducirían las interacciones entre carnívoros y ganado, logrando evitar o minimizar el conflicto, logrando una actividad ganadera amigable con la biodiversidad, de acuerdo a las metas esperadas en los acuerdos internacionales firmados por Chile.